La Corporación Alimentaria Guissona ha obtenido la autorización ambiental integrada para iniciar la actividad industrial en su macrocomplejo agroalimentario de Épila, desde que el abastecerá de todo tipo de productos a la ambiciosa ampliación nacional de su red de tiendas de Bon Àrea.
El Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga) acaba de publicar la declaración de impacto ambiental compatible y ha otorgado la denominada autorización ambiental integrada para todas las actividades incluidas en las fases 1 y 2A de la plataforma, que se completarán en los próximos siete años.
En las dos se incluyen la construcción de cinco plantas para fabricar piensos para mascotas pan, elaborados cárnicos (cocinados, embutidos frescos y curados y jamones), procesado de frutos secos y líquidos (leche, zumos, aceite, vino y agua embotellada).
El primer centro de producción será el de frutos secos, estará en marcha a finales de año y será uno de los más pequeños del complejo pese a sus 15.000 m2 de superficie.
En total, se van a edificar más de 64 hectáreas sobre la parcela urbanizada, que casi alcanza las 180 hectáreas de superficie urbanización. La Corporación Alimentaria Guissona lleva invertidos 170 de los 400 millones previstos y trabajan más un centenar de empleados en el centro logístico, de casi 11 hectáreas. Los envíos se centrarán primero en la línea de productos secos y se extenderán después a la de frescos y congelados al ritmo que avance la expansión de tiendas.