Además del nuevo edificio, el proyecto de crecimiento de la compañía en Aragón ha incluido una importante inversión en maquinaria de inyección y robotización: desarrollo de nuevos productos con proveedores locales, mejoras en materia de economía circular y la apertura de una oficina de Ingeniería en Zaragoza --ya operativa con seis trabajadores de los catorce ingenieros de desarrollo que se esperan--. Esto supondrá desplazar la actividad de Alemania a la capital aragonesa.
El proyecto de ampliación de KDK en Borja fue presentado en público por la empresa, junto al presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, y la consejera Marta Gastón el pasado 23 de marzo y está vinculado a la elección de esta planta para participar en la fabricación de varios vehículos eléctricos, mediante la producción de diversas partes del interior y exterior de los mismos. Desde Borja se van a servir hasta 127 piezas diferentes.
Debido al tamaño del proyecto, la complejidad y los nuevos materiales, esta auxiliar de la automoción necesitará personal altamente especializado. El 50% de los casi 150 nuevos puestos de trabajo que prevé crear KDK a finales de 2025 corresponderá a personal cualificado, ingenieros, técnicos de mantenimiento, técnicos de molde y personal técnico. Para la contratación, formación y selección la compañía contará con el apoyo del Gobierno de Aragón a través el Instituto Aragonés de Empleo.
La planta de KDK tiene, en la actualidad, una superficie de 21.200 metros cuadrados (16.770 de ellos construidos) y su volumen de ventas alcanza los 42 millones de euros, cifra que se estima que se duplique gracias al proyecto de ampliación. Sus ventas actuales provienen de clientes próximos, entre los que figuran Stellantis, VW, Seat o Mercedes, para los que la compañía produce piezas pintadas y la consola central de vehículos de alto volumen como son el Opel Corsa, Seat Ibiza o VW Polo, entre otros.