El proyecto se ubicará en una parcela de 145.000 metros cuadrados próxima al apartadero ferroviario de Adif en el polígono turolense. De hecho, este ha sido el gran incentivo de Teruel para atraer a los inversores: la posibilidad de sacar mercancías por tren desde Platea gracias a un apartadero que permite la parada de trenes de 750 metros de largo y que ejerce de punto intermedio en el corredor Cantábrico Mediterráneo. La inversión que no estaba prevista en un principio pero que la empresa pública Aragón Plataforma Logística y el administrador de infraestructuras ferroviarias acordaron construir por un importe que se acerca a los cinco millones de euros para una obra que debería estar finalizada antes de 2024.
Los promotores quieren que la planta empiece a funcionar ya a mediados de 2025, para cuando está previsto crear 133 empleos directos cualificados y hasta 400 indirectos en el momento de su puesta en marcha. Posteriormente la actividad se incrementará hasta alcanzar los volúmenes de producción al principio citados. Tres años más tarde, en 2028, se llevará a cabo la ampliación de su capacidad gracias a la instalación de una segunda línea de corte y otra de embalado. La facturación inicial prevista para este nuevo negocio es de en torno a 20 millones de euros, que crecerá paulatinamente hasta alcanzar los 70 millones en 2030.
Para agilizar los trámites, el Gobierno de Aragón va a declarar la inversión de interés autonómico en el próximo Consejo de Gobierno del 5 de abril en la que considera una "importantísima" inversión que abre un nuevo horizonte para Platea, según ha explicado Lambán, que ha ejercido de portavoz de las compañías. El proyecto tiene una proyección internacional, aunque todavía están por definirse a qué mercados suministrará los productos, y, según ha aseverado Lambán, la materia prima se abastecerá a partir de madera reciclada.
Fábrica a la vanguardia
La nueva planta, a la vanguardia en el sector con la última tecnología en materia de digitalización y automatización, ocupará una nave de 32.000 metros cuadrados. Las instalaciones iniciales contarán con una línea de despiezado a medida de tablero recubierto reciclado –que se utilizará como materia prima-, otras líneas de mecanizados de piezas cortadas (canteado, ranurado, taladrado, etc…), una línea de conformado y otra de embalado en kit. Además, el centro estará dotado de un almacén automático inteligente y contará con vehículos auto-guiados para el transporte interno del material. También está prevista la instalación de placas solares en el tejado de la nave para el autoconsumo de la nueva fábrica, lo que la hará más sostenible y competitiva.
La empresa gallega Finsa y la multinacional que posee a Leroy Merlin no son unos desconocidos en Aragón. La primera cuenta con dos fábricas en Cella, una de las industrias más boyantes en la zona y que se ha consolidado en el territorio como una de las compañías icónicas en Teruel. Por su parte, Leroy Merlin cuenta con dos superficies de venta en Utebo y en Puerto Venecia.