Con una notable variabilidad por sectores de actividad y por clases de tamaño, en promedio, las empresas aragonesas estiman un cierre del año 2022 con un crecimiento de la facturación, del empleo y de la inversión, respectivamente, del 6,2%, 4,2% y 4,5% con respecto al año 2021.
También anticipan una contracción de la actividad en 2023 con respecto a 2022, en línea con las previsiones de crecimiento para la economía española y la mayoría de las economías en el mundo, pero en términos anuales no se perciben señales de recesión. Para el ejercicio de 2023 con respecto a 2022, en promedio, los crecimientos previstos en facturación, empleo e inversión son 4,6%, 2,8% y 1,1%, de nuevo con una notable variabilidad sectorial y por clases de tamaño.
El Departamento de Industria, Competitividad y Desarrollo Empresarial, a través del Instituto Aragonés de Fomento (IAF), publica los resultados del Barómetro de las Empresas en Aragón realizada telemáticamente entre los días 9 y 28 de noviembre de 2022. Responden al cuestionario 499 empresas de un total de 6.622, todas ellas participantes en algún programa o servicio prestado por el IAF.
La encuesta trata de conocer las previsiones de actividad, precios y márgenes de las empresas para los ejercicios de 2022 y 2023. Además, se pregunta a las empresas sobre el impacto de las perturbaciones externas por el encarecimiento de la energía, alza de tipos de interés, riesgos de recesión económica, sobre su actividad productiva y comercial, y las iniciativas que ponen en marcha en respuesta a esos impactos.
El vicepresidente y consejero de Industria, Competitividad y Desarrollo Empresarial, Arturo Aliaga, valora estas cifras como positivas. “Representan la fortaleza y solidez de un tejido empresarial que ha demostrado que está preparado para afrontar las consecuencias externas devenidas tanto de una pandemia mundial que paralizó el mundo como aquellas vinculadas a la guerra de Ucrania. Siempre hemos confiado en la capacidad de nuestras empresas y los datos de este trabajo de investigación aportan luz y nos dan la razón. Desde el Departamento de Industria seguiremos trabajando, como lo hemos hecho siempre, para colaborar con las empresas, pymes y grandes empresas, en analizar todos los sectores y en impulsar la actividad, la internacionalización, el mercado y la comercialización que se han convertido en un sello distintivo de este pujante sector”.
La subida media de precios de venta de bienes y servicios por las empresas de la muestra es del 7,7% en 2022, mientras que para 2023 se prevé una subida media más moderada del 5%. La subida media de precios de venta en los dos años está por debajo de las subidas medias previstas en los costes de producción, 18,6% y 10,6%, respectivamente, lo que supone un descenso esperado en los márgenes empresariales en los dos años.
El principal factor al que las empresas responsabilizan del incremento de costes es el encarecimiento de la energía, aunque también reconocen la influencia de otros factores como las dificultades para cubrir vacantes en determinados puestos de trabajo, el acceso y coste de la financiación, las presiones inflacionistas o distorsiones en las cadenas de suministro.
En este contexto y, de manera general, las empresas se muestran preparadas para responder a las perturbaciones externas negativas con más eficiencia energética, aumentos en la productividad, innovación en productos y procesos y penetración en nuevos mercados.
ENCARECIMIENTO DE LA ENERGÍA
Esta tercera edición, en noviembre de 2022, está marcada por el encarecimiento de la energía, como consecuencia inmediata del corte de los suministros de gas y petróleo desde Rusia al resto de Europa en represalia a las sanciones impuestas por la invasión de Ucrania. La subida de los precios de la energía ha dado lugar a un fuerte pico inflacionario al que los bancos centrales han respondido con una subida fuerte y acelerada de los tipos de interés.
La inestabilidad geopolítica, la incertidumbre sobre la recuperación post pandémica de China y la amenaza de una recesión económica en las economías desarrolladas justifican plenamente volver a preguntar a las empresas aragonesas sobre el cierre del ejercicio del año 2022 y acerca de las expectativas para el año 2023 en términos de facturación, empleo, inversión, precios, costes y márgenes, así como sobre algunos aspectos más estructurales también relevantes a la hora de formular políticas públicas; por ejemplo la digitalización y la sostenibilidad de las empresas en el marco del programa NGEU.