El presidente de Macedonia acompaña a clase a una niña víctima de acoso escolar

martes, 15 de febrero de 2022

Embla Adema de 11 años tiene síndrome de down. Stevo Pendarovski quiso mostrar el rechazo de su gobierno al bullying y afirmó: "La empatía es nuestra obligación moral".

El presidente de Maccedonia del Norte ha mostrado esta semana una gran sensibilidad hacia los pequeños que sufren acoso en sus entornos escolares. Stevo Pendarovski, presidente de una parte de la antigua Yugoslavia, acudió a la casa familiar de Embla Adema, una niña de 11 años que sufre síndrome de down y que ha sufrido acoso en su escuela de Gostivar, localidad que se encuentra a aproximadamente una hora de la capital del país, Skopje.

Durante el encuentro con Embla y su familia el presidente macedonio agasajó a la pequeña con algunos libros y pinturas, y tras ello acudieron todos juntos a la escuela, tal y como se puede observar el las fotografías que ha compartido el mismo Pendarovski en su muro de Twitter.

Las fotos las ha acompañado con un mensaje que se ha llevado los aplausos de los usuarios de la red social: “La inclusión como aspiración no debe quedarse solo en un principio enunciativo, sino utilizar las potencialidades de las personas con desarrollo atípico. Los prejuicios no debes ser un obstáculo para construir una sociedad igualitaria y justa para todos. La empatía es nuestra obligación moral”, rezaba el tuit del presidente macedonio.

Según un comunicado compartido por al oficina del presidente, este había señalado que “es inaceptable el comportamiento de quienes de alguna manera ponen en peligro los derechos de los niños”, incidiendo que mucho menos debe hacerse cuando estos padecen una condición genética que les causa dificultades en el aprendizaje, problemas de salud y rasgos físicos distintivos”.

El presidente de Macedonia visita a la pequeña de once años en su casa de
El presidente de Macedonia, Stevo Pendarovski, visita a la pequeña de once años en su casa en GostivarTwitter

Asimismo, el presidente resaltó que estas personas “no deberían, no solo de gozar de los derechos que poseen, sino que también sentirse iguales y bienvenidos en las mesas del colegio y el recreo”. Añadía que “es una obligación como Estado, pero también, como individuos, cuyo elemento clave es la misión común de la empatía”


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