Aragón tiene alrededor de 50.000 personas en situación de desempleo. Y, a pesar de que dentro de esta cifra hay paro técnico y que prácticamente se está en pleno empleo en varones -no así en la población femenina y en el colectivo de jóvenes-, las empresas, ya sean grandes compañías, pymes o micropymes, presentan dificultades para encontrar profesionales.
Y, la situación es especialmente preocupante en algunos sectores de actividad y en los denominados oficios tradicionales, que tienden a desaparecer. Además, la falta de unión entre la formación de las personas y la demanda del mercado de trabajo puede poner en jaque la coyuntura económica favorable que vive Aragón y la materialización de los proyectos de inversión anunciados, por valor global de más de 40.000 millones de euros, para los próximos diez años.
Actualmente, el sector servicios, con el 66,69%, es el sector que mayor porcentaje de ofertas publica. Sin embargo, es un dato que hay que analizarse con cautela porque, realmente, el mayor peso lo tiene la industria y energía con el 25,4% por su contribución al PIB de la comunidad aragonesa. Estos dos subsectores son los que registran la más alta necesidad de personas.
También se demandan profesionales en la construcción, que concentra el 4,64% de las ofertas de empleo publicadas y la agricultura y ganadería que, con el 2,97%, se hace un hueco en el mercado laboral, según los datos del 'Análisis de profesiones con alta demanda y baja disponibilidad en Aragón 2025', realizado por Fundación Ibercaja y Cepyme Aragón.
Dentro de estos grandes ámbitos de actividad, la mayor demanda hoy en día se concentra en el sector del transporte y la logística, que ocupa la primera posición. A continuación, se halla la producción, el metal y la industria alimentaria.
Ahondando en estos ámbitos, ante el crecimiento de la economía de Aragón, se observa un incremento considerable de personas en subsectores como la logística, tecnología y agroalimentación. Son sectores que, además, empujan la demanda de profesionales en servicios auxiliares como la electromecánica o la informática, principalmente. Son sectores en lo que se observa de forma generalizada falta de profesionales a los que se suman otros ámbitos como los servicios sociosanitarios o la educación, entre otros.
Los empleos más demandados
Y, ¿qué se demanda? En Aragón, hay 20 ocupaciones con una alta demanda. El ranking está encabezado por los operarios de logística, seguidos de los operarios de la industria agroalimentaria y los operarios industriales, cerrando el Top 3.
A continuación, por este orden, se sitúan los profesionales de informática, teleoperadores, carretilleros, operarios de metal, camareros, peones agropecuarios y electromecánicos, perfil este último con el que se cierran las 10 primeras posiciones de empleos más demandados.
Las diez siguientes son electricistas, conductores, gerocultores, auxiliares administrativos, dependientes, cocineros, docentes, operarios de industria textil, soladores y operarios en cadenas de montaje.
¿Dónde están las oportunidades laborales?
Todas estas profesiones se demandan de forma generalizada, aunque bien es cierto que su posición dentro del ranking varía en función de la comarca aragonesa. Por ejemplo, en el Bajo Cinca se precisan profesionales para la industria alimentaria, mientras que en la Ribera Alta del Ebro se requieren peones y, en Valdejalón, se demandan sobre todo perfiles para el sector logístico.
No obstante, la mayoría de las ofertas de empelo se concentran en Zaragoza, que copa el 73,96%, porcentaje que se justifica porque concentra a la mayoría de las empresas de la comunidad aragonesa, incluyendo pymes y micropymes.
Tras ella, se halla Huesca, con el 17,80% de las vacantes y, en tercer lugar dentro de Aragón, queda Teruel, que registra un porcentaje del 8,24%. Por comarcas, es el Bajo Cinca la que más demanda de profesionales tiene actualmente, concentra el 4,73% de la demanda laboral del territorio, seguida de la Ribera Alta del Ebro, con el 3,82% y de Valdejalón con el 3,20%.
Profesiones sin relevo generacional
El análisis realizado también analiza los oficios que no tienen relevo generacional. Entre ellos, por este orden, destaca el de carpintero, ebanista y esquilador. Tres profesiones que lideran este ranking.
A continuación se sitúan los oficios de herrero, en cuarta posición, mientras que el quinto puesto es la de orfebre. En sexto lugar están los pastores, seguidos a continuación de los sastres y modistas, que figuran en el número siete. Cierran el ranking los tapiceros y los zapateros.
¿Qué hacer para unir oferta y demanda?
Los datos de este estudio vuelven a constatar la necesidad de unir oferta y demanda en el mercado de trabajo, especialmente entre los jóvenes "en los que falta conocimiento sobre la oferta formativa y las salidas profesionales de cada una de ellas", señala María Jesús Lorente, presidenta de Cepyme Aragón.
En esta línea, desde la organización empresarial y de la Fundación Ibercaja se viene trabajando conjuntamente desde 2012 a través de distintas iniciativas de orientación formativa y de empleo con los jóvenes y evitar "la disparidad entre lo que se estudia y lo que se demanda. A veces se elige el itinerario formativo por el hecho de seguir con los amigos", lo que no es lo más adecuado, incide Lorente.
Pero, también hay que adoptar otras medidas como despertar vocaciones para que lo que es clave que los jóvenes conozcan los oficios. "No nos podemos permitir el lujo de que desaparezcan. Dentro de cinco años, no va a haber quien arregle un grifo".
También es vital que conozcan el resto de profesiones y evitar con ello que se pierdan esos perfiles con alta demanda por parte de las empresas y hacer frente a la falta de relevo generacional. "O nos metemos con él ahora, o va a ser muy tarde", afirma la presidenta de Cepyme Aragón, quien añade que se detecta "una falta de interés, de vocación, incluso entre los hijos de los empresarios, que no quieren continuar con la empresa". Frente a ello, sigue al alza el número de jóvenes, y de profesionales, en general, que optan por el empleo público, que se ve como una solución en tiempos de incertidumbre.
Además, en la comunidad aragonesa, hay zonas de despoblación en las que no existe interés por continuar con las actividades por la baja población, que hace que se tengan pocas ventas. "A lo mejor hay que abrir una ventana en Internet", propone Lorente.
Las líneas de acción también pasan facilitar la movilidad laboral que "solo se da en España y no en Europa", matiza, ya que hoy en día se rechazan trabajos "porque la gente tiene difícil moverse por, por ejemplo, la falta de vivienda para comprar o en alquiler".
Y las medidas se deben centrar a su vez en mejorar la percepción determinados perfiles profesionales, especialmente los oficios, así como del autoempleo y el emprendimiento, que se han demostrado como soluciones eficaces para combatir la despoblación en el medio rural, sobre todo de la puesta en marcha de iniciativas por parte de mujeres, que permanecen en el lugar con sus familias.
Por supuesto, las empresas "se tienen que poner las pilas", añade Lorente, ya que hay que "atraer y retener talento. Aragón tiene que ser un sitio donde venir a trabajar y quedarse y se pueda alcanzar el desarrollo profesional", además de ser una comunidad a la que el talento pueda retornar.
Son medidas que se pueden adoptar, junto a otras transversales, para cubrir la demanda de empleo actual y también la futura, ya que se calcula que, de aquí a cinco o diez años, se necesitará cubrir en Aragón alrededor de 40.000 vacantes. "Las nuevas generaciones son el futuro más inmediato y debemos estar ahí en su toma de decisiones", ha incidido José Luis Rodrigo, director general de la Fundación Ibercaja.