A pesar del mal comportamiento del mercado del automóvil en 2022, con una caída anual de las matriculaciones del 16,5%, hasta 17.252 vehículos (turismos y todoterrenos), los concesionarios lograron cerrar el ejercicio con una rentabilidad positiva del 2,1%, la más alta de los últimos diez años. Esto ha permitido a las empresas soportar sus plantillas y, en muchos casos, ampliarlas con nuevos perfiles profesionales vinculados sobre todo a procesos digitales, al impulso de nuevas áreas de negocio y al buen momento que atraviesa la posventa.
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El balance del año pasado también arroja aspectos negativos. La red comercial de Aragón volvió a ajustarse. El número de concesionarios de la comunidad desciende de 77 a 72, con lo que se han perdido cinco establecimientos, lo que ahonda la reducción de los puntos de ventas que se viene produciendo desde la crisis económica de 2008.
Temor a la norma Euro 7
Estos cierres sumados a la caída de las matriculaciones de vehículos y al retroceso de ventas en coches de ocasión, han provocado que la facturación global del sector se haya resentido a nivel autonómico, mientras que en el agregado nacional se mantuvo y se situó en los 36.137 millones. En concreto, el volumen de negocio en Aragón alcanzó en 2022 los 768 millones de euros, un 4,5% menos que en el año anterior (804 millones). Respecto a 2019, el ejercicio previo a la pandemia, el desplome llega al 20%.
Por segmentos, la peor parte se la llevó el vehículo de ocasión, cuyas ventas cayeron un 12,2%, hasta 115 millones. Esta actividad se vio muy penalizada por la falta de estoc de modelos usados «jóvenes», que son la base de este negocio. Los concesionarios de coches nuevos también redujeron su volumen de negocio un 7,9%, hasta los 498 millones, mientras que la facturación de la posventa (talleres) se mantuvo el año pasado en 155 millones y 292.843 reparaciones.
La patronal vincula el mantenimiento del empleo a que se recupere el umbral del millón de vehículos comercializados en España y recuerda que en el periodo 2017-2022 los concesionarios han perdido más de 8.000 puestos de trabajo, por el recorte de puntos de venta, derivado de la concentración que está experimentando el sector. De igual modo, el propio mercado se ha ido haciendo más pequeño en esta transición hacia el vehículo eléctrico y tras el impacto de la pandemia.
El presidente de Faconauto, Gerardo Pérez, advirtió que el mercado español empequeñecerá aún más si sale adelante la nueva normativa Euro 7, «que nos puede dejar en la irrelevancia como país productor y también puede llevarse por delante buena parte del tejido empresarial que representa la distribución de vehículos». «El resultado será el contrario del esperado», aseveró.